Por que no creer en las hadas... si cada sonrisa de niño se debe a una si cada consejo de un mayor es una flor si cada bello pensamiento pasa volando ante ti si en un abrazo apretado se escuchan sus tiernas alas revolotear y en un beso robado sus risas estallan si están presente cuando ya no das más... las hadas y los ángeles... nos rodean siempre y son nuestros amigos...
Mi madre de niña me recitaba a Mistral, hoy sin querer me recito otro poema, que en mi memoria no habia quedado, pero hoy se grabo en mi corazón, esta vez el poeta fue otro y su nombre es Ignacio Verdugo Cavada.... espero les guste...
EL COPIHUE ROJO
(Ignacio Verdugo Cavada) Soy una chispa de fuego que del bosque en los abrojos abro mis pétalos rojos en el nocturno sosiego. Soy la flor que me despliego junto a las rucas indianas; la que, al surgir las mañanas, en mis noches soñolientas guardo en mis hojas sangrientas las lágrimas araucanas.
Nací una tarde serena de un rayo de sol ardiente que amó la sombra doliente de la montaña chilena. Yo ensangrenté la cadena que el indio despedazó, la que de llanto cubrió la nieve cordillerana; yo soy la sangre araucana que de dolor floreció.
Hoy el fuego y la ambición arrasan rucas y ranchos; cuelga la flor de sus ganchos como flor de maldición. Y voy con honda aflicción a sepultar mi pesar en la selva secular, donde mis pumas rugieran, donde mis indios me esperan para ayudarme a llorar.
Junto con el poema, aqui va la interpretacion de Rayén Quitral, soprano chilenaconocida por sus presentaciones con atuendos mapuches, demostrando orgullo por sus raíces indígenas.